“Abrazados juntos” y el peligro en el mar: del Satiricón de Petronio a Las aventuras de Pinocho

“Abrazados juntos” y el peligro en el mar: del Satiricón de Petronio a Las aventuras de Pinocho

Alberto Borghini – Enrichetta Dallari

En el capítulo XXXV de Las aventuras de Pinocho, el títere se encuentra dentro del vientre del enorme Perro-Pez que había tragado a su padre, Geppetto, dos años antes, también devorado por el mismo monstruo marino. Una tormenta había volcado la barca del anciano y causado el hundimiento de un barco mercante; es en esa ocasión cuando primero el anciano y luego todo el barco son tragados por el gigantesco Perro-Pez, en cuyas entrañas ahora Geppetto tiene la percepción de su inminente fin. Por otro lado, el títere propone la fuga: le invita a escapar con él de la boca del monstruo, montar a horcajadas sobre sus espaldas y ser llevado nadando hasta la playa. Ante las dudas expresadas por Geppetto, Pinocchio responde:

“Prueba y verás. De todos modos, si está escrito en el cielo que debemos morir, al menos tendremos el gran consuelo de morir abrazados juntos”.1

Nuestra impresión es que el tema de “abrazados juntos” en una situación de peligro en el mar puede tener cierta similitud con una combinación temática similar que se encuentra en el Satiricón de Petronio2, donde el momento de peligro en el mar está marcado por una tormenta y el naufragio del barco de Lica. Este último tema parece estar también retomado por Lorenzini en un contexto temporalmente adelantado.

Para comodidad del lector, presentamos una traducción del capítulo petroniano en el que el tema del peligro en el mar se combina con el tema de “abrazados juntos”. Es importante señalar que mientras que en Petronio se trata del abrazo de amantes, en Collodi se trata del abrazo entre el hijo y Geppetto.

“(…) el mar comenzó a agitarse y las nubes, reunidas de todas partes, cubrieron la luz del día con oscuridad. Los marineros, alarmados, corrieron a sus puestos y bajaron las velas para protegerlas del viento tempestuoso. Pero ni el viento impulsaba las olas en una dirección precisa, ni el piloto sabía qué rumbo seguir. En un momento, el viento soplaba en dirección a Sicilia, la mayoría de las veces el Aquilón, señor de las costas italianas, hacía girar la nave de un lado a otro, una situación más peligrosa que cualquier tormenta, y la oscuridad repentina había anulado la luz del día de tal manera que el timonel apenas podía distinguir la proa por completo. (…)

Y mientras este [= Lica] estaba gritando estas cosas, una ráfaga de viento lo arrojó al mar y, después de emerger por un momento, la tormenta lo envolvió y lo tragó de manera mortal. (…)

Yo, abrazado a Gitón, estallé en lágrimas y grité: ‘¿Es esto lo que merecemos de los dioses, ser unidos solo frente a la muerte? Pero ni siquiera esto la cruel Fortuna nos concede. Ahora, las olas están a punto de voltear el barco, ahora la furia del mar está a punto de separar el abrazo de los amantes. Entonces, si realmente amaste a Encolpio, bésalo mientras puedas, escapa del destino que se cierne sobre esta última alegría’. Cuando dije estas palabras, Gitón se quitó la ropa y, debajo de mi túnica, asomó la cabeza lista para los besos. Y para que las olas, por desgracia, no pudieran separarnos mientras estábamos tan cerca, nos ató a ambos con un cinturón que dio vueltas alrededor de nosotros y dijo: ‘Si nada más, seguramente el mar nos mantendrá unidos por más tiempo o, si lo desea con misericordia, nos arrojará a la misma orilla, alguien que pase por allí nos cubrirá de piedras por un sentimiento de humanidad elemental, o el último favor que incluso las olas furiosas otorgan, la arena ignorante nos servirá como tumba’3.

Acepto los lazos extremos que me impone y, colocados en la cama funeraria, esperamos una muerte que ya no veo como una carga. Mientras tanto, la tormenta cumple por completo las órdenes del destino y termina de destruir lo que queda del barco. No se había salvado el mástil, ni el timón, ni una cuerda o un remo, sino que un montón de escombros empapados de agua flotaba en las olas”.

En Petronio, como se puede ver, el motivo de “abrazados juntos” se combina con el tema de la tormenta y el naufragio del barco del comerciante Lica. Collodi, por su parte, reelabora a su manera el material del modelo latino, ubicando esta combinación temática en dos momentos diferentes de la historia: el tema de “abrazados juntos” se relaciona con el plan de escape de Pinocchio del vientre del monstruo marino, mientras que la tormenta y el hundimiento del barco mercante ocurrieron dos años antes, en el momento en que Geppetto y el mismo barco fueron tragados por el enorme Perro-Pez. En otras palabras, el binomio petroniano, formado por la tormenta y el naufragio del barco por un lado y el motivo de “abrazados juntos” por otro lado, se divide en dos secuencias temporalmente separadas en Collodi: la tormenta en el momento de la partida de Geppetto4 en busca de su hijo por un lado, y el tema de morir abrazados juntos en el momento del plan de escape por otro lado. Sin embargo, el tema de “abrazados juntos”, a pesar de las diferencias, parece estar asociado en ambos casos con un “peligro en el mar”5.

NOTAS

  1. C. Collodi, Las aventuras de Pinocho, en C. Collodi, Obras, ed. D. Marcheschi, Mondadori, Milán, 1995, p. 513.
  2. Petronio Árbitro, Satiricón, trad. a cargo de A. Aragosti, Rizzoli, Milán, 1997, cap. 114.
  3. Así es el texto latino: “et illum quidem vociferantem in mare ventus excussit, repetitumque infesto gurgite procella circumegit atque hausit. (…) <ego Gitoni> applicitus cum clamore flevi et: ‘hoc’ inquam ‘a diis meruimus, ut nos sola morte coniungerent? sed non crudelis fortuna concedit. ecce iam ratem fluctus evertet, ecce iam amplexus amantium iratum dividet mare. igitur, si vere Encolpion dilexisti, da oscula, dum licet, ultimum hoc gaudium fatis properantibus rape’. haec ut ego dixi, Giton vestem deposuit, meaque tunica contectus exeruit ad osculum caput. et ne sic cohaerentes malignior fluctus distraheret, utrumque zona circumvenienti praecinxit et: ‘si nihil aliud, certe diutius’, inquit ‘iunctos nos mare feret, vel si voluerit misericors ad idem litus expellere, aut praeteriens aliquis tralaticia humanitate lapidabit, aut quod ultimum est iratis etiam fluctibus, imprudens harena componet”.
  4. Si observamos con atención, Lorenzini parece retomar de la fuente de Petronio también el tema de la desaparición en el mar de Geppetto, de alguna manera similar, en nuestra opinión, a la desaparición en el mar de Lica: “Mientras tanto, la barca [=de Geppetto], zarandeada por las olas enloquecidas, a veces desaparecía entre las grandes olas y a veces volvía a flotar. (…) De repente, llegó una terrible ola y la barca desapareció. Esperaron a que la barca volviera a la superficie, pero la barca ya no se vio más” (Collodi, Las aventuras …, en Collodi, Obras, ed. Marcheschi, cit., p. 444). “Y mientras este [= Lica] estaba gritando estas cosas, una ráfaga de viento lo arrojó al mar y, después de emerger por un momento, la tormenta lo envolvió y lo tragó de manera mortal” (Petronio Árbitro, Satiricón, trad. a cargo de Aragosti, cit., 114, 6). Con respecto a la desaparición de la barca de Geppetto, debe recordarse que el tema de la tormenta y, en particular, la imagen de la “terrible ola”, parecen plausiblemente llevarnos también al modelo homérico de la Odisea, canto V, en el que la balsa de Ulises es golpeada por una “gran ola” (mega kyma). Ver A.Borghini, Contribuciones collodianas XLI. Una partida por mar, en “Serclus. Rivista del Centro di Documentazione della Tradizione Orale di Piazza al Serchio”, 1, 2011.
  5. Este no es el único punto en el que Lorenzini parece inspirarse en Petronio. Ver A.Borghini, Contribuciones collodianas XVI: Pinocho “no … aún muerto adecuadamente” y un pasaje de Petronio, en “Le Apuane”, XXIX, 58, noviembre de 2009; A.Borghini, Pinocho XXXI: “botas (…) hechas de piel blanca”, en “Serclus. Rivista del Centro di Documentazione della Tradizione Orale di Piazza al Serchio”, IV/V, 4/5, 2014/2015.