El mayo dramático es una fascinante forma de teatro popular cantado que ha tenido un papel cultural muy importante en el valle del Serchio y las zonas circundantes. Durante dos o tres horas, con la ayuda de un sugestionador y uno o más músicos, una decena de “maggianti” (actores cantantes con trajes tradicionales) recitan textos narrativos escritos en versos, principalmente sobre temas caballerescos. Hasta hace unas décadas, las representaciones tenían lugar durante el mes de mayo, cuando las tareas agrícolas lo permitían. Se cuenta que en el pasado cada pueblo tenía su propia compañía, su texto preferido, su estilo de canto y un lugar adecuado para poner en escena el mayo, quizás a la sombra de un castaño, en un rincón de un prado o en la plaza local.

Canto del Mayo

El canto del mayo se basa en formas poéticas como:

Cuartinas o quintinas de versos octosílabos, la llamada “estanza a maggio”, que se utiliza para la mayor parte de la narración.

La octava, con ocho endecasílabos con rima ABABABCC, que se emplea en los momentos de máxima importancia.

La arieta, formada por cuartinas de heptasílabos (con el último verso más corto) para los momentos de mayor emoción.

Estas formas poéticas también se encuentran en otros géneros de canto popular italiano. La melodía, muy ornamentada, varía no solo de un pueblo a otro, sino también entre los cantantes, según sus habilidades vocales individuales. El público conocedor aprecia no solo la belleza del canto, sino sobre todo la pasión con la que el maggiante interpreta su papel dramático.

Debido a la Segunda Guerra Mundial y la consiguiente emigración masiva en los años cincuenta, el mayo no se cantó durante unos veinte años. Sin embargo, en los años setenta, fue retomado con nuevo vigor gracias a las actividades del investigador profesor Gastone Venturelli, con el apoyo de la Provincia de Lucca y del público, que se reunía los domingos de julio y agosto bajo los castaños para escuchar las antiguas historias de amores, traiciones y venganzas y presenciar duelos y batallas, llevados a cabo con espadas y escudos de madera.

En los últimos años, a pesar de los esfuerzos de los antiguos maggianti y las escuelas de la zona, el mayo ha enfrentado muchas dificultades para sobrevivir. En la Garfagnana, todavía hay muchas personas que han cantado el mayo o han asistido a las representaciones. La colección del Museo incluye un número considerable de grabaciones audiovisuales, guiones e incluso trajes donados por antiguos maggianti.

Linda Barwick (Trad. Enzo Pellini)